Supongo que ahora debo decirle lo que he aprendido, pues mi conclusión es… Que el odio es un lastre, la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado… No merece la pena.
Él dice que siempre viene bien terminar el trabajo con una cita, dice que siempre hay alguien que lo ha hecho mejor que tu, y que si no puedes superarlo, róbaselo y aprovéchate, así que he escogido a alguien que creo que le gustara…
No somos enemigos, sino amigos. No debemos ser enemigos, si bien la pasión puede tensar nuestros lazos de afecto, jamás debe romperlos. Las místicas cuerdas del recuerdo resonaran cuando vuelvan a sentir el tacto, del buen ángel que llevamos dentro.
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